jueves, 20 de diciembre de 2007

Abre los ojos

Hoy en día la gente se siente preparada para todo, tenemos la sensación de poder con las circunstancias que se nos vienen encima. Cuando alguien tiene un problema, nos sentamos delante de él, escuchamos, analizamos y según experiencias pasadas, aconsejamos u opinamos.

Pero qué hay de las circunstancias que te superan. Me refiero a esas pequeñeces que piensas que son tonterías y que tú, crees que ya has superado, que tú ya puedes con ello, que a ti esa circunstancia ya no va contigo. Pero un buen día descubres que estás equivocado.

Has luchado tanto para mantenerte psicológicamente a flote, has peleado contra cielo y tierra para poder llegar donde estás integramente y ser persona. Hasta que un día, cosas del destino o de la mala suerte o porque Dios lo ha querido así, te ves envuelto en una circunstancia, esa misma que ya tenías superada, esa misma que dabas consejos, esa misma que hasta entonces era insignificante, esa circunstancia te hace ver que vuelves al principio de tu comienzo. Tienes que luchar otra vez, tienes que llorar, sufrir, gritar, tienes que abrir los ojos y ver la realidad.

Tienes que estar preparado para esa realidad que siempre te destroza, esa realidad que rompe tus esquemas y tus pensamientos. La vida te obliga a abrir los ojos y ver la realidad que se te plantea.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Buscando la plenitud



Todos queremos alcanzar el cielo, todos pretendemos estirarnos, sacar nuestras manos de los bolsillos y coger un trozo de cielo, un trozo de plenitud,pero ahora os pregunto yo a todos los que leeis estos pensamientos, ¿para qué?, ¿por qué?.


El día a día hará que alcances la plenitud que tanto esperas, el trabajo que tanto cuesta realizar te hará ser una persona más plena y sobre todo la mentalidad que mantengas en tu viaje diario hará que consigas aquello que te propongas.


Creo que esa es la clave, la mentalidad. Y para poder tener una mentalidad preparada, primero has tenido que haber luchado, internamente, contra ti mismo; luego afrontar la derrota o la victoria y posteriormente aprender a vivir con tu nueva mentalidad. Sólo así conseguirás lo que te propones, sólo así conseguirás la plenitud.